23 abril, 2020
En muchas ocasiones acudimos a nuestro botiquín o buscamos en internet, en lugar de pedir ayuda profesional, desconociendo las consecuencias que puede causar el uso indebido de un medicamento a nuestra salud.
La pandemia mundial producida por el COVID-19, sumado a los cambios bruscos de temperatura y la cercanía a la estación más fría del año es un combo que nos obliga a extremar más que nunca los cuidados para reducir las posibilidades de enfermarnos. En muchos casos caemos en manos de nuestro propio diagnóstico y posterior ingesta de antibióticos, lo cual puede agravar el cuadro y poner en riesgo la salud.
Un claro ejemplo es lo sucedido en nuestro país con la llegada del Coronavirus, que provocó un aumento en la compra de los fármacos cloroquina e hidroxicloroquina, y que una gran cantidad de personas los utilizaran sin una real indicación médica. Es importante destacar que hasta el momento no hay ninguna evidencia científica que confirme que estos medicamentos sirven para prevenir o tratar infecciones por COVID-19.
El uso de estos fármacos sin una correcta indicación médica puede provocar graves efectos en el organismo del paciente que pueden ir desde problemas cardíacos hasta problemas neurológicos.
Ante la circulación del COVID-19 y gérmenes productores de faringitis, laringitis, bronquitis, neumonías -comunes en esta época- y ante la gran cantidad de información falsa que recorre internet y chats, es importante remarcar las peligrosas consecuencias de la automedicación y los problemas que puede traer aparejado el consumo incorrecto de antibióticos.
Aunque quizás la automedicación ayude a mejorar y evitar que el cuadro infeccioso avance, en muchos otros pueden generar cierta dependencia, cubrir otras patologías y poner en riesgo a quien consuma la medicación. Además, las dosis elevadas y sin control pueden provocar, con el paso del tiempo, diversos problemas como accidentes cardiovasculares, gástricos, entre otros.
¿Por qué abusar de los antibióticos es malo?
•Si tomamos antibióticos con mucha frecuencia ayudamos a que las bacterias se vuelvan más complicadas de destruir, ya que hay algunas cepas que no son eliminadas, sobreviven y se multiplican.
•Si hay cepas que los antibióticos no destruyen y se crea una ‘resistencia antibiótica’, necesitamos dosis más fuertes de antibióticos y los actuales dejan de funcionar.
•El uso indiscriminado de este tipo de medicamentos provoca que enfermedades que estaban controladas aumenten tanto en número como en virulencia. Esto quiere decir que patologías que ahora no suponen ningún problema sean mortales en diez años.
¿Cómo podemos prevenir el uso de antibióticos?
•Lavarse las manos de forma frecuente, sobre todo al volver a casa y si ha estado en un lugar frecuentado por mucha gente.
•Evitar lugares cerrados y concurridos.
•Ventilar la casa con frecuencia, por la mañana y por la noche.
•Vacunarse si forma parte de la población de riesgo.
•Consumir solamente la medicación provista por el médico tratante.
Consejos sobre la toma de antibióticos
•Tomarlos solo cuando lo indique el médico, muchas veces solo hay que ”dejar pasar” las infecciones leves causadas por un virus sin tratar por este tipo de medicamentos.
•Las infecciones bacterianas suelen ser tratadas con antibióticos, pero de la manera exacta que le ha indicado su médico. No interrumpir la dosis o doblarla y cumplir el plazo establecido de ingesta.
•Intentar tomar las pastillas siempre en el mismo horario.
•No usar el antibiótico que han recetado a alguien conocido aunque tenga la misma enfermedad. Esperar a ser reconocido por un médico y a que se prescriba el antibiótico correspondiente.
•Nunca darle a un niño la dosis de un adulto ni al contrario.
•En ningún caso guardar las pastillas que le sobren para tomarlas en otro momento que vuelva a enfermar.
Asesoró: Dr. Ernesto Crescenti (MN: 50.776). Especialista en Ginecología, Obstetricia y Cirugía General. Director del “Instituto de Inmunooncología Dr. Ernesto J.V. Crescenti”.
Acerca del Instituto de Inmuno Oncología Dr. Ernesto J. V. Crescenti: Centro médico dedicado a la atención, diagnóstico y tratamiento de pacientes con cáncer y pacientes diagnosticados con enfermedades en las cuales se presenta una alteración del sistema inmunológico.