10 enero, 2022
Esta enfermedad afecta a más de 100.000 argentinos cada año. La exposición incorrecta a los rayos solares o el uso de camas solares son los principales factores para desarrollarlo ¿Cómo prevenir y cuidar nuestra salud?
La luz solar brinda energía, calor, interviene en la producción de vitamina D y modifica los estados de ánimo, pero su sobreexposición tiene efectos nocivos sobre la piel, los ojos y el sistema inmunológico. Es un hecho que la incidencia del cáncer de piel en las últimas décadas está estrechamente relacionada con actividades al aire libre, y por ese motivo es tan importante tomar los recaudos necesarios para prevenirlo.
El cáncer de piel se produce por el desarrollo y crecimiento descontrolado de células cancerosas en cualquiera de las capas de la piel y en cualquier parte del cuerpo. Podemos encontrar dos tipos: el carcinoma, los más frecuentes, y el melanoma, menos frecuentes pero con peor pronóstico.
En nuestro país, según los últimos datos brindados por la Agencia Internacional de Investigación sobre Cáncer, esta enfermedad presenta una tasa de incidencia de más de 200 casos por 100 mil, alcanzando a más de 100.000 argentinos cada año. Estas estadísticas son realmente alarmantes y posicionan a la Argentina dentro de los países del mundo con gran incidencia en la enfermedad y dentro de los 10 países de Latinoamérica con mayor cantidad de casos.
El cáncer de piel generalmente es causado por la exposición a las radiaciones ultravioleta (UV), ya sea procedentes del sol o fuentes artificiales como las camas solares. El efecto de estos rayos en el cuerpo es acumulativo, progresivo e irreversible, por lo tanto, es probable que la exposición excesiva de los niños y adolescentes intervenga en la aparición de este tipo de patologías en etapas posteriores de la vida.
Cuatro de cada cinco casos de cáncer de piel se pueden prevenir, simplemente evitando las exposiciones dañinas a los rayos UV. En cantidades pequeñas, las radiaciones UV son esenciales para la buena salud y desempeñan una función esencial como la producción de vitamina D, que fortalece los huesos y el sistema osteomuscular.
Pudiendo aparecer poco después de la exposición solar o años más tarde, entre los primeros síntomas de la piel se destacan: el eritema y la quemadura solar, las fotodermatosis -inflamación de la piel por la exposición al sol o a la radiación ultravioleta- y la inmunosupresión. Entre los segundos síntomas se encuentran la fotocarcinogénesis -lesiones precancerosas y carcinomas en la piel por efecto de la exposición al sol- y el fotoenvejecimiento -envejecimiento prematuro de la piel resultante de la exposición prolongada y repetida a la radiación solar-. También se pueden encontrar daños oculares como cataratas, pterigión (aparición de un bulto blanco en la córnea), quemaduras en la córnea y lesiones en la retina.
Consejos para cuidarse del sol:
Llegó el verano, las vacaciones y es fundamental doblar esfuerzos. Es importante recordar que los extremos de la vida, ancianos y niños están más expuestos a las inclemencias climáticas y sufrir deshidrataciones.
Asesoró: Dr. Ernesto Crescenti (MN: 50.776). Médico, investigador y Director del Instituto de Inmunooncología Dr. Ernesto J.V. Crescenti. Acerca del Instituto de Inmuno Oncología Dr. Ernesto J. V. Crescenti: Ámbito multidisciplinario dedicado a la prevención, diagnóstico y tratamiento de pacientes con cáncer y pacientes diagnosticados con enfermedades en las cuales se presenta una alteración del sistema inmunológico.