2 abril, 2020
Cuando el propio cuerpo se defiende del cáncer, una técnica que se basa en la estimulación del sistema inmunológico.
La inmunización permite al organismo defenderse mejor contra las enfermedades provocadas por ciertos virus o bacterias. Esta capacidad que tiene el propio organismo de defenderse de las enfermedades puede ser producida de forma natural, cuando la persona está expuesta, o ser proporcionada por los médicos mediante la vacunación. El objetivo siempre es fortalecer la barrera protectora de nuestro organismo para prevenir enfermedades, pero ¿qué sucede con el cáncer?
Hace muchos años se trabaja sobre la idea de abordar la lucha contra esta enfermedad mediante determinados agentes dirigidos a regular el sistema inmune. La inmunoterapia es un tipo de tratamiento para el cáncer que estimula las defensas naturales del cuerpo a fin de que el mismo pueda combatirlo. Utiliza sustancias producidas por el cuerpo o fabricadas en un laboratorio para mejorar o restaurar la función del sistema inmunitario.
Como es sabido, el cáncer es un conjunto de enfermedades complejas que pueden presentarse en cualquier órgano o tejido. Durante el proceso de gestación de la enfermedad, las células sanas se transforman en células malignas, y entre otras características no responden a los estímulos normales de muerte celular, se “inmortalizan”, creciendo y multiplicándose alocadamente. Capaces de evadir los mecanismos por los cuales el organismo las reconocería como extrañas, logran “disfrazarse” de células sanas y hasta coloniza tejidos distintos a aquél en el que se originaron (metástasis), logrando desconcertar al sistema inmune para que no las ataque.
La inmunoterapia constituye un conjunto de estrategias destinadas a actuar sobre el sistema inmune, con el objetivo de que éste sea el principal protagonista en la lucha contra las células cancerosas. La inmunoterapia trabaja de dos maneras, por un lado, estimulando al sistema inmune cuando no responde adecuadamente al ataque de agentes externos que son agresivos para el organismo -como virus, bacterias, células alteradas o malignas-; y por otra parte, regulándolo cuando reacciona exacerbadamente contra las propias células sanas del organismo, como ocurre en las enfermedades denominadas autoinmunes.
Si bien la evolución de cada tipo de cáncer es variable, dependiendo de varios factores y el huésped, se estima que con este proceso se consigue que el cáncer disminuya a largo plazo hasta un 80% para quien tiene linfoma de Hodgkin, una quinta parte para los pacientes de cáncer de pulmón y un tercio para los que tienen melanoma, un tipo de cáncer de piel controlable en su estadio temprano pero complejo en fases más avanzadas o metastásicas.
Es así como la inmunoterapia tumoral ha evolucionado de ser una perspectiva prometedora a una realidad para el control de distintas patologías tumorales, aún las más agresivas y resistentes. Se espera que en la proximidad se pueda dilucidar si, a través de este tratamiento, puede desarrollarse también una cura definitiva. Sin duda, una buena noticia que pone de manifiesto la inmensa fortaleza de nuestro cuerpo y la necesidad de mantener el sistema inmunológico fuerte y llevar una vida con hábitos diarios saludables.
Cabe destacar lo mucho que ha avanzado la medicina en los últimos años y cómo se ha triplicado la esperanza de vida desde los años 70 para las personas que sufren esta patología. La inmunoterapia nos muestra la inmensa fortaleza de nuestro cuerpo y la necesidad de mantener un sistema inmunológico fuerte, mediante una vida con hábitos diarios saludables.
Asesoró: Dr. Ernesto Crescenti (MN: 50.776). Especialista en Ginecología, Obstetricia y Cirugía General. Director del “Instituto de Inmunooncología Dr. Ernesto J.V. Crescenti”.
Acerca del Instituto de Inmuno Oncología Dr. Ernesto J. V. Crescenti: Centro médico dedicado a la atención, diagnóstico y tratamiento de pacientes con cáncer y pacientes diagnosticados con enfermedades en las cuales se presenta una alteración del sistema inmunológico.